viernes, 20 de febrero de 2009

Así es ahí

En el purgatorio no hay mar, no hay centros comerciales, no hay en el purgatorio luz más fuerte que las estrellas, ni sombra mejor dada que la que ofrecen las torres no tan altas de la Iglesia del Señor del Veneno. No hay en el purgatorio perdón para ningún pecado, quizá por eso viven ahí tan agusto los pecadores, es una pequeña hogera, una pequeña fiesta de lagrimas, suspiros y carcajadas macabras. Este pueblo no tiene huellas de nadie, porque los que lo pisan son fantasmas, anímas tristes que van de fiesta con sus rosarios a la iglesia. Jovenes hay pocos, allá no llegan las modas, ni los apetitos epicueristas. No es que el mundo haya olvidado al Purgatorio, sino que el Purgatorio nunca ha sido parte del mundo, ni del cielo, ni del infierno. Algunos dicen que no existe, yo lo ví, y ahí no se sufre, ni se es feliz, ahi no hay placeres, ni amor, no hay hombres, ni almas de verdad; sé que es dificil, pero creanme, estar en el purgatorio, es irse apagando poco a poco, dejar de existir. Sí algo hay vivo en ese pueblo es la tierra, el sol, las estrellas que le cubren, lo demás ni siquiera está muerto, simplemente no está. Son los fantasmas más raros que haya visto.

3 comentarios:

  1. aaa qué bonito texto... chida poesía bro... a ver que día me doy una vuelta al purgatorio, dan ganas de ir con tu descripción

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  2. Definitivamente, este texto casi podría formar parte de un muy desquisiado tríptico de promoción turística del pueblo... quizás dicho artefacto, pudiera dar indicios al "mundo" de la existencia de ese pueblito tan lindo por el que me he pasiado tantas veces

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  3. Allá en el purgatorio... el vicio será evidente, los jovenes llegaran algo me lo dice ...

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