martes, 24 de febrero de 2009

La anciana de la Camelinas #26

Mi padre me contó alguna vez, antes de que se fuera a La Misericordia a vivir con su nueva mujer, que desde que él era niño ya habitaba la anciana aquella horrible casita en el número 26 de la calle Camelinas. Aseguraba que en aquél entonces, los niños también le temían tanto como nosotros.

Crecí con mi madre Celeste, mi hermana Linda y mi hermano mayor Javier, en una modesta casa de la calle Milagros, la que está junto a la parroquia, bajando por Padre Elías Nieves y esquina con la avenida Candelaria. Alguno de ustedes quizás ya conoce mi casa, es la azul de dos plantas en la que está la paletería "Las Brisas", la cual administro desde hace dos años, desupués de que falleciera mi madre.

Vivir cerca de la parroquia, aunque me considero un fiel creyente como todos en este pueblo, nunca fue para mí precisamente una bendición. A veces culpo de ese horrible problema de insomnio que me cargo a las enormes campanas del Señor del Veneno. He vivivo con su ruido en mi cabeza toda mi existencia.

En fin, creo que me estoy desviando del punto. La cosa es que cuando tenía unos 8 años, me juntaba con algunos niños de por la casa: Moisés, Teo, Berenice y Roberta. Un día, entre el juego y las travesuras, los cinco nos metimos a la casa de la anciana (que entonces creíamos, estaba embrujada) y en realidad lo parecía, pues nos dimos el susto de nuestras vidas cuando la vieja nos corrió de ahí con escopeta en manos y custodiada por sus cuatro bravos perros callejeros.

Hoy tengo ya 36 años y ninguno de los niños que entonces frecuentaba está aquí, supe que Moisés y Berenice se casaron en El Diezmo, a donde se mudaron con sus familias apenas un par de semadas después del incidente con la anciana. Roberta, se fue a La Misericordia. Hace un par de años la visité, tiene una hija hermosa y se dedica a la sastrería. Y a Teo..., a él nada maravilloso le deparó el destino, lo asesinaron hace un mes, en las parcelas de sorgo de Don Hilario Robledo.

No hace mucho, a caso unos cinco años, alguién al fin me había contado algo verosímil sobre la anciana de la Camelinas. Supuestamente, su esposo había muerto por envenenamiento la noche en que se casó con ella. También conocí el nombre de la vieja: Graciela Alcántara, y sí, nunca supe más, pero la persona que me había contado lo de su esposo casi aseguraba que Graciela era descendiente de la familia de Fray Jeremías Alcántara... ese que tenía alucinaciones con el despertar de El Señor del Veneno y el que alguna vez aseguró que la puerta al infierno estaba en este pueblo.

Pues, creo yo que nunca sabremos en realidad algo concreto sobre la anciana ni sobre la leyenda de Jeremías, cuyo espíritu dicen aún se pasea por el orfanato de la parroquia, o como aquél mito que cuenta muchas personas de aquí (entre ellas mi mamá quien afirmaba haber sido testigo), de que se escucha un corazón latiendo dentro del pecho de El Señor del Veneno.

La anciana de la Camelinas falleció ayer por la tarde y su nombre ha vuelto a brotar en boca de todos en El Purgatorio. Su cuerpo lo encontró Doña Lidia, una vecina que solía llevarle comida. Ha muerto un personaje más de nuestro pueblito, y eso sólo vuelve a recalcar en nuestra mente la pregunta que no nos deja en paz a los de aquí, ¿viviremos en un buen lugar?

Samuel Lorenzo Esquivel T.

3 comentarios:

  1. Muy bien don Rafa....
    yo creo me voy a terminar enamorando del purgatorio, me encanta cómo maneja aquel misticismo religioso tan propio de los pueblitos, específicamente de nuestro país...

    y pues a seguir escribiendo, pronto publicaré mi próxima entrega...

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  2. O.o! y ora? cada vez tenemos más información del purgas, más personajes, más lugares, muchos temás y cosas interesantes que abordar, por ejemplo: lo de la puerta del infierno o el corazón del señor del veneno; sin duda nos espera mucha chamba en este blog. Bien, bien, pues a preparar más entradas.

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  3. jejejeje, simón... muy bien captados esos elementos, son precisamente esos los que nutren en cierta forma la trama principal de Corpus de la que, obviamente, no se revelará mucho por aquí pero sí la complementarán :P jajajajaaaaaaaaaaa! (risa de poder)... Gracias por sus comentarios a todos y por seguir dándole vida (si es que se puede, en un lugar tan muerto) a El Purgatorio

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